Thursday, September 10, 2009

Alcoholismo en los jóvenes.

En el siguiente post platearemos el problema que se ha mediatizado mucho últimamente: El alcoholismo en los jóvenes.

La edad media de inicio en el consumo de alcohol entre los jóvenes, según los datos de la Encuesta sobre Drogas a la Población Escolar, es de 13.6 años, y la edad media de inicio de consumo semanal se sitúa en los 14.9 años, según esta fuente las chicas registran mayor prevalencia de consumo de alcohol, aunque en cantidades menores. El 84.2% de los jóvenes ha consumido alcohol en alguna ocasión y el 43.9% consume al menos una vez a la semana. En cuanto a los episodios de embriaguez el 41% de los jóvenes se han emborrachado en alguna ocasión y el 23.6% en el último mes.
Alcohólicos Anónimos recibe una gran cantidad de gente que pide ayuda por sus problemas de alcohol asociado también a otras adicciones. En esta institución también confirman que el cincuenta por ciento de los concurrentes tienen entre 15 y 23 años.
En Argentina, la Asociación Civil Luchemos por la Vida calcula que el consumo de alcohol es el factor determinante en 50% de las muertes en accidentes de tránsito. En Chile, el estudio Perfil de conductores de la Región Metropolitana reveló que el 40% de las muertes por accidentes de tránsito ocurren bajo la influencia del alcohol.
Un 80% de las muertes de adolescentes se deben a causas violentas, y dentro de ellas las relacionadas con drogas o alcohol son del 50%, existiendo un mayor porcentaje de suicidios en los adictos. Además, se consideran los factores familiares en el inicio y curso clínico de la adicción al alcohol y otras drogas, ya que hasta un tercio de los niños tienen su primera oferta de consumo de bebida alcohólica dentro del ambiente familiar, por lo que la implicación de la familia tiene gran importancia en todo programa terapéutico.
Estas cifras son alarmantes, pero ¿por qué se dan? ¿Por qué los jóvenes beben?
Una de las razones es que las restricciones de venta de alcohol a los menores son impuestas cada vez menos. La Ley en Argentina prohibe la venta y el consumo de alcohol en menores de 18 años pero se sabe que esa norma no siempre se cumple. Hoy en día, hasta un chico de 10 años, puede comprar una bebida alcohólica.

Además de la presión social por querer encajar en un grupo, se encuentran los varios "efectos positivos". Entre estos destacan, según ellos indican, una potenciación de la actividad psico-física (alegría, euforia, superación de la timidez y retraimiento, mejoría del estado de ánimo, etc.), posibilidad de diversión e integración dentro del grupo de amigos donde la mayoría consumen.
En la medida que el alcohol proporciona a los jóvenes una serie de efectos o consecuencias positivas, y el joven los interpreta como un beneficio, dichos efectos se convierten en motivos de consumo. La juventud, como regla general, no asocia el consumo de alcohol con los problemas que de él pueden derivarse, ellos esperan del alcohol cambios positivos globales (facilitador de expresividad emocional, desinhibidor y potenciador de las relaciones sociales, etc.), y a la vez no creen que dicha sustancia tenga consecuencias negativas, influyendo considerablemente en un mayor consumo durante el fin de semana, donde las relaciones interpersonales se intensifican. Por eso anticipar los "efectos positivos" y no las verdaderas consecuencias negativas, conlleva a que se produzca un mayor consumo social.

Esta consideración positiva hacia el alcohol, hace que se considere al mismo como una droga socialmente aceptada y de amplia difusión, lo que hace que los adolescentes no valoren el alcohol como una droga y no consideren su consumo como puerta de entrada hacia la adicción a otras drogas, sin embargo hay varios estudios que demuestran todo lo contrario y según los cuales es muy poco frecuente el uso de cocaína o heroína, sin haber consumido anteriormente tabaco, alcohol o cannabis.

En resumen, los motivos principales que los jóvenes usan para explicar el consumo de bebidas alcohólicas son:

  • Es un modo de "ponerse alegre", "alcanzar el punto".
  • Forma de búsqueda de afiliación, con imitación de conductas, con consumo que a veces se impone desde el propio grupo de amigos en el que se participa.
  • Presión social, a veces producida desde la publicidad.
  • Desinhibición, superación de la vergüenza.
  • El consumo actuaría como un modelo de imitación y expresividad de la edad adulta.

Las pautas de consumo en el mundo adolescente y juvenil han sufrido una serie de cambios durante los últimos tiempos, y además, se han ido configurando unas características peculiares, propias de este grupo de edad, alejadas del modelo adulto y tradicional de consumo.

Así podemos destacar como características principales de este grupo de edad en su relación con la adicción alcohólica:

  • Búsqueda de nuevos motivos para el consumo, destacando sobre todo la afectación en la esfera de la personalidad. Evasión de lo cotidiano, conseguida mediante la embriaguez, bebiéndose más alcohol y de más graduación.
  • Concentración de los períodos de bebida durante el fin de semana o períodos festivos, con incremento de "borracheras", y lo que ello conlleva como alteraciones del orden público o accidentes de tráfico.
  • Progresivo descenso de la edad de inicio de consumo de bebidas alcohólicas, que según algunos estudios, se localiza sobre los 12 años, aunque es en torno a los 16 años donde se produce una modificación de las pautas de consumo.
  • La cerveza (entre semana) y las bebidas de alta graduación "combinados" (los fines de semana) encabezan el ránking de bebidas preferidas entre los jóvenes.
  • En el entorno adolescente y juvenil el consumo de alcohol se suele producir fuera de casa y en espacios donde se producen las relaciones sociales de los jóvenes. Así mientras el consumo se produce en lugares donde hay relaciones entre iguales, hay una ausencia de consumo en el contexto familiar.
  • Las creencias predominantes sobre el alcohol siguen destacando sus "efectos positivos" como hemos visto anteriormente, dejando los aspectos negativos "para los demás"("eso no me pasará a mí").

Al analizar los efectos producidos por el consumo de alcohol es probable que el joven elija la estimulación agradable, cierta e instantánea proporcionada por el mismo. De este modo se construyen pensamientos propios ("no todos los que beben alcohol tendrán una dependencia física o psicológica" "no todos tienen accidentes de coche", "el alcohol afecta a los otros, que no controlan, pero no a mí"...) que contribuyen a reforzar los efectos o ideas positivas.

Los especialistas consideran que hay dos tipos de dependencia al alcohol, una psicológica, más relacionada con problemas afectivos y de relaciones personales que el adicto ha sufrido a lo largo de su vida, y otra física que se revela, entre otras cosas, porque en el momento en que la persona interrumpe la ingesta de alcohol se presenta el “síndrome de abstinencia”, caracterizado por temblores en dedos, lengua y extremidades, sudoración, taquicardia (aceleración del pulso), ansiedad, irritabilidad, náuseas, vómito, falta de apetito, insomnio e incluso alucinaciones visuales o auditivas (delirio).

Problemas que conlleva el consumo desmesurado del alcohol.
Asimismo, cabe señalar que dentro de la dependencia física al alcohol se distinguen dos formas distintas de beber, una continua, en la que el enfermo necesita consumir a menudo o diariamente bebidas embriagantes, y otra episódica, llamada dipsomanía, en la que se alternan etapas de abstinencia relativamente prolongadas (el enfermo puede durar una semana o más sin beber) con severas recaídas.
Mal uso a largo plazo de alcohol puede causar una amplia gama de efectos en la salud mental. El uso indebido del alcohol no sólo es tóxico para el cuerpo sino también a la función del cerebro y por lo tanto el bienestar psicológico puede verse afectado negativamente por los efectos a largo plazo del abuso de alcohol. Los trastornos psiquiátricos son frecuentes en los alcohólicos, sobre todo trastornos de ansiedad y depresión, con hasta un 25% de los alcohólicos presentando graves trastornos psiquiátricos. Normalmente, estos síntomas psiquiátricos causados por el abuso de alcohol inicialmente empeoran durante la abstinencia de alcohol, pero con la abstinencia, estos síntomas psiquiátricos suelen mejorar gradualmente o desaparecer por completo.

Es importante no considerar de forma aislada a los jóvenes del contexto social en que se desenvuelven, sino a ambos conjuntamente, para tener siempre presente los respectivos elementos del sistema: jóvenes, familia, escuela, y barrio o municipio y actuar conjuntamente sobre todos ellos.

Así podíamos considerar diferentes actitudes o pautas de actuación frente al problema, entre los que destacarían:

  • Diseñar programas de educación, en los que no se trate sobre los problemas que trae el consumir, sino sobre los efectos positivos del no consumo.
  • Orientar las actuaciones en el nivel educativo cuestionando y delimitando los efectos positivos del alcohol, que es el conjunto de creencias más desarrollado. Se debe partir de una información realista, que sitúe en su término más justo los "efectos reforzantes" del alcohol, pero que también muestre sus límites. Además existen una serie de creencias erróneas respecto al alcohol (aumento de la potencia sexual, modo de combatir el frío, o como utilidad terapéutica), transmitidas de generación en generación que necesitan ser desmontadas.
  • Desarrollar programas de entrenamiento en habilidades sociales, para actuar principalmente en la preadolescencia, antes de que se instaure el consumo habitual de alcohol, para ayudar a esta población a hacer frente a la enorme presión que el grupo ejerce sobre aquellos que no beben. Para ello se debe formar a profesores del sistema educativo, educadores de calle, animadores sociales, etc.
  • Hay que utilizar medidas eficaces que no tienen porque ser las más costosas. Hacer más baratas las bebidas no alcohólicas, ya que actualmente es más barato consumir una bebida alcohólica que un refresco, así como potenciar bebidas exóticas con menor o nulo contenido alcohólico pero "que entren por los ojos" a los jóvenes.
  • Conseguir imponer líneas de trabajo que logren que la edad de inicio del consumo habitual de alcohol se retrase lo máximo posible, lo cual tendrá una incidencia importante en la prevención de los consumos problemáticos del alcohol.
  • Formular objetivos para evitar la desconexión de los adolescentes de los sistemas de contexto, sobre todo educativo, modificar las creencias de adolescentes y jóvenes sobre el alcohol, trabajando fundamentalmente sobre las motivaciones de consumo, o diseñar estrategias para reducir lo máximo posible el dinero que los jóvenes llevan encima los fines de semana.
  • Actuar sobre los espacios físicos por donde se mueve la juventud, revisando su diseño. Así podemos:
    • Ceder lugares donde creemos espacios lo más parecidos a los bares y ponerlos en manos de grupos o entidades no controlados por la Administración, que les dé más libertad.
    • Estimular programas que comporten la presencia de educadores en lugares que ellos frecuentan.
    • Obligar a los bares a crear espacios alejados de la barra y con un volumen de música reducido que permita la comunicación y la organización de actividades atractivas que concentren el tiempo de ocio y diversión.
  • Incidir en la importancia de la familia como factor regulador del consumo y como medio de información.
  • Por último, estimular el debate entre las diversas fuerzas políticas para la creación de diversos programas juveniles de control y prevención de las adicciones.
Los tratamientos para el alcoholismo son muy variados debido a que hay múltiples perspectivas para la condición en sí. Aquellos que acercan el tema del alcoholismo como una condición médica o enfermedad recomiendan diferentes tratamientos de aquellos que se acercan a la condición como una de elección social.

La mayoría de los tratamientos se enfocan en ayudar a las personas a interrumpir su consumo de alcohol, seguidos de ayuda para la formación de vida y/o apoyo social a fin de ayudarlos a resistirse a regresar al uso de alcohol. Puesto que el alcoholismo implica muchos factores que incitan a una persona a seguir bebiendo, todos ellos deben ser abordados con éxito con el fin de prevenir una recaída. Un ejemplo de este tipo de tratamiento es la desintoxicación seguida por una combinación de terapia de apoyo, asistencia a grupos de autoayuda, y el desarrollo continuo de mecanismos de supervivencia. La comunidad de tratamiento para el alcoholismo generalmente apoya un basados en la abstinencia enfoque de tolerancia cero, sin embargo, hay algunos que promueven un enfoque de reducción de daños también.

Para seguir leyendo:
Este link es muy interesante, y lo recomiendo:
http://www.greenfacts.org/es/alcohol/index.htm

http://psicologia.laguia2000.com/general/el-alcoholismo-y-los-jovenes
http://es.wikipedia.org/wiki/Alcoholismo
http://en.wikipedia.org/wiki/Alcoholism
http://www.mercaba.org/FICHAS/AlfaOmega/297/alcoholismo.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Efectos_del_alcohol_en_el_cuerpo
http://www.monografias.com/trabajos54/incremento-alcoholismo-juvenil/incremento-alcoholismo-juvenil.shtml

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